Hay un instante, minusculo, casi imperceptible donde todo cambia.
Donde ya no alcanza mirar hacia el costado tratando de ignorar el dolor ajeno.
Donde cerrar los ojos no impide ver la tristeza del prójimo.
Donde, inevitablemente, y para siempre uno toma consciencia de que es responsable, de algun modo, de intentar hacer del mundo un lugar mejor.
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Sólo el silencio restaura cada cosa en su lugar.
ResponderEliminarVolviste!
ResponderEliminarCelebro.
Cariños!
Volví para contarte que el último post incluye mi Brügge, pasión que sé que compartimos, además del tejido y la lectura! jaja!
ResponderEliminarhttp://ideas-e-imagenes.blogspot.com.ar/2013/10/veo-veo-express-mi-libretita-negra-y.html#more
Beso enorme!
Vale
Hermosas palabras... y tan ciertas, aunque cueste a veces!
ResponderEliminarbesotes Ilu :)